12.4.09

MEA CULPA


Fragmento extraído de la novela
Habitaciones separadas de Vicenç Tondelli


Fue a buscar un capellán y le explicó, bajo el sacramento de la confesión, lo que le pasaba. Mientras hablaba, un poco encogido y confuso, se dio cuenta que lo más desconcertante era el otro. El capellán balbuceaba: “¡Dios mío, Dios mío! apretando con fuerza el rosario. Leo podía ver como le sudaban los dedos, entre torcidos. Y entonces, con un gesto de orgullo, ya que nada más anima que ver a los otros confusos y desconcertados, él Leo, el león, le había dicho: “Yo quiero vivir a mi aire. ¿Por qué la libertad tiene que ser juzgada por la conciencia de los otros? ¿Por qué ha de ser criticada por cosas a las cuales yo doy gracias? Eso, se encuentra escrito en la primera carta de los Corintios. Por tanto, ¿por qué tengo que arrepentirme? Yo deseo ser feliz. Como expiación me parece que ya he tenido bastante teniendo que vivir. No fueron diez, cien o mil los hombres que se salvaron, Padre, sino uno solo; y si hay bastante con una sola vida para reconciliarse con Dios la de millones de criaturas, eso sólo puedes significar la enormidad del dolor de vivir. Yo no puedo querer la religión del cilicio y de la penitencia. Yo quisiera amar la religión de la plenitud. Quiero ser feliz dentro de mi religión, porque la siento como una necesidad biológica, como comer, como beber, como hacer el amor. Pero no parece que lo entienda, usted, eso. Yo procuro hablar con sinceridad, pero, usted, niega mi propia existencia. Y sin embargo, tal como usted sabes, también los perros tienen su Dios.

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