19.3.09

DESEOS DE CASQUERÍA

Fragmento extraído de la novela
Cacheo de Dennis Cooper


Estoy casi seguro de que si le destripo a un chico, lo conoceré muy bien, porque tendré lo que constituye su esencia justo en mis manos, mi boca, donde sea. No es que sepa qué hacer con ello. Probablemente, algo demencial... como dejar que sus tripas se deslicen entre mis dedos igual que se supone que hacían los piratas con los doblones o lo que fuera. Lo que pasa es que habría un olor que supongo que sería intenso, y difícil de aguantar. No consigo imaginármelo. Puede que sea olor a meados, a mierda, a sudor, a vómitos, combinado con el del semen. Creo que en un mundo perfecto comería y bebería todo eso en lugar de tener simplemente náuseas. Éste es mi sueño. En eso pienso ahora. Estoy poseído desde hace mucho tiempo por esta ansia de destripar de verdad a alguien que me pone cachondo. El chico holandés, en este caso me hace sudar y temblar en este preciso momento.. Brazos, piernas, por todas partes. Si él estuviera encerrado conmigo en este retrete, y si yo tuviera una navaja, supongo, o aún, mejor garras, prescindiría de esa minúscula parte de cerebro que piensa que el asesinato es algo malo, signifique esto lo que significa es lo es lo que signifique. Me pondría de pie, o trataría de ponerme de pie, y le haría picadillo. Pero como no tengo al chico, ni valor, ni arma, me quedo aquí, escribiendo, meneándomela. Que es lo que estoy haciendo mi mano izquierda mientras la otra escribe. Pero dentro de la cabeza tiene lugar la violencia más espectacular. Un chico estalla, se derrumba. Parece un tanto falso, puesto que mis únicos modelos son películas de casquería, pero es increíblemente intensa.

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