1.9.11

HETERODOXIAS



HETERODOXIAS

Fragmento extraído de la novela
El sol de la decadencia
de Luís Antonio de Villena

Murnau nunca pensó en la homosexualidad sino como algo especial. Jamás común. Un culto exquisito. Muchachos y adoradores. Un culto contra el tiempo, vencido por le tiempo. Una burbuja opuesta a lo vulgar. Algo así…, belleza. Ese es el nombre. La flor sin nombre de la juventud masculina. Las mujeres pierden en días, además no cumplen la fórmula mágica: dulzura y fuerza. Por lo demás sólo le gustaban ciertas prácticas, ya e imaginas, y adoraba de una manera exclusiva los miembros. ¿Diré totémicos? Pertenecer a un palacio subterráneo. Los elegidos entran. Lo demás habrá de oscilar- y parece contradictorio- entre la exhibición y el silencio. Un exquisito orbe asiático, sólo para los elegidos ¿Sin Dios? ¿Con muchos dioses? No sé qué filósofo griego hablo de su huida hacia el único. Acaso Murnau y yo no hayamos hecho otra cosa… deseaba que lo homosexual no fuese normal jamás (nada de parejas) sino sólo un orbe oculto privilegio y éxtasis selectivos.

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